¿Sientes que te duele el cuerpo tras tu jornada laboral? ¿la espalda? ¿tienes tensión en la mandíbula? ¿se te duermen las manos de vez en cuando? Te recomendamos observar tu higiene postural en el trabajo, puesto que las posturas mantenidas durante mucho tiempo suelen derivar en malestar y dolor.
Los inconvenientes del sedentarismo
Si tu trabajo es de tipo sedentario y no haces apenas ejercicio, es probable que padezcas contracturas, dolores musculares o incluso de cabeza. ¿Por qué? Porque nuestro cuerpo está diseñado para moverse, no para estar ocho horas diarias delante de un ordenador. Si esto ocurre, normalmente hay grupos musculares que están siempre en tensión y otros que están siempre estirados, hasta que se agotan y nos dan «un toque de atención» en forma de dolor.
Que sientas dolor no quiere decir que haya daño en el tejido, pero hay que revisar para ver cuál es el origen y corregirlo.
Tips para mejorar tu higiene postural en el trabajo
Para una saludable higiene postural a lo largo de tu jornada te recomendamos:
- Cuidar tu postura: Si trabajas sentado, cambia de postura de manera frecuente. Hasta la mejor postura que siempre se aconseja puede ser lesiva si la mantienes mucho tiempo cada día. Se trata de ir cambiando las cargas y la tensión muscular. Prueba a ir cambiando los apoyos de los pies -sobre un banco o escalón, en el suelo… Prueba a cambiar tu silla por una pelota de pilates o fitball.
- Hacer pausas de unos 10 min cada hora para moverte y estirarte. Aquí tienes el enlace de un vídeo que hicimos para darte ideas y conseguir que tus pausas sean activas: camina, camina de puntillas, haz unas sentadillas, haz unas flexiones sobre la mesa o la pared, estírate…
- Si trabajas frente a un ordenador es interesante que incluyas algún ejercicio para tus ojos en estas pausas. Cerrar los ojos, fijar la vista por encima de la pantalla a puntos que estén a distintas distancias, levantarte y mirar por la ventana a lo lejos. La musculatura profunda del cuello que está justo bajo tu cabeza te lo agradecerá. Y tu vista también.
- Trabaja y estira la musculatura de tu mandíbula: abre la boca, bosteza, no te de vergüenza o hazlo en el baño, ¡pero hazlo!
- No permanecer demasiado tiempo en la misma postura ni realizar de forma insistente y repetitiva el mismo gesto. Si has de hacerlo porque tu puesto de trabajo no te permite otra cosa, es imprescindible que cuando termines de trabajar hagas una rutina de ejercicio que compense todos estos gestos para entrenar y acostumbrar a tus músculos y articulaciones y que estén preparados para cualquier esfuerzo.
Y cuando termine tu jornada:
- Llevar una alimentación saludable. Hidrátate bien durante tu jornada laboral y después.
- Descansar lo suficiente. Es fundamental un buen ciclo de sueño-trabajo. Si trabajas a turnos es imprescindible que puedas regular dichos ciclos. Consulta a un profesional si te cuesta dormir, no es una broma.
- Hacer ejercicio físico de forma regular. Esto es mínimo dos o tres días de entrenamiento de fuerza y algo más aeróbico el resto de la semana. Mantén un estilo de vida activo. Está bien aquello de ir andando a todos sitios, de acuerdo, pero además tienes que hacer ejercicio, no busques excusas.
No normalices el dolor, consulta con un profesional
Entendemos que es complicado cambiar nuestro estilo de vida, pero no es tarde para prestar mayor atención a nuestro cuerpo y cuidarnos más. Si padeces dolor muscular, notas tensión siempre en las mismas zonas y crees que está relacionado con tu trabajo, con algo que sueles hacer o, simplemente, precisas de ayuda profesional para mejorar tu bienestar corporal, no dudes en llamarnos. En Sinu valoraremos tu caso y, con diferentes técnicas (masajes, estimulación, movilizaciones, ejercicios, según el tipo de lesión o necesidad), ayudaremos a que el dolor remita y que puedas recuperar tu bienestar.
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